Que tal buenas noches, en esta ocacion les traigo este pequeño relato escrito por una amiga gracias chabe
I.-
Se acercaba la noche, mi habitacion se encontraba completamente a obscuras. Dias antes esto no me hubiera interesado en lo mas minimo, pero despues de lo sucedido el solo hecho de encontrarme solo me aterraba.
Laika, mi perra se encontraba igual o mas aterrada que yo. Nos recostamos al lado de la puerta, encendi una veladora y comenze a orar por mi alma y la de mi pobre mascota.
Laica comenzo a llorar, como cada noche ella sabia muy bien lo que nos ocurriria a los dos. El ente penetro en mi alcoba mientras yo sumergido en mis oraciones no preste atencion.
Laika comenzo a aullar, y derepente silencio...
Mi perra se encontraba tirada en el suelo, desangrandose, la bestia que habia estado en mi alcoba habia matado a la pobre laika, y seguia yo.
Mi corazón bombeaba a mil por hora, me dolia la cabeza; por segundos estuve a punto de detenerme, dejar de rezar y rendirme pero no podia hacerlo, mi alma estaba en juego.
El demonio, por nombrarlo de alguna manera, deposito su mano en mi cabeza. Quede sumergido en una profunda sensacion de paz, y entonces mori. Mas mi agonia esperaba por mi...
II.-
Sentia frio, mis manos no podian tocar nada, me encontraba solo. Y entonces el aparecio.
Sostenia una balanza entre sus manos y en medio,se encontraba una especie de llama, fuego, eso me preparaba el destino.
El infierno abrio sus compuertas, mire miles de almas laceradas, algunos ya sin piel, sin rostro. Me encontraba trastornado, y sin embargo logre escapar de sus llamas, mi sistio era aun peor que el mismo infierno.
Tendria que resucitar, y lo ise. Pero jamas imagine que en mi nueva piel llegaria a sufrir tanto.
Era ahora una oveja, y como toda criatura animal, el hombre me atacaba sin piedad.
Mi muerte fue horrible, jamas vi derramarse tanta sangre por una sola causa, el dinero.
Antes de cruzar la luz, mire atras por ultima vez. y ahi estaba yo, tirado en el suelo.
Desangrandome y con gran parte de mi cuerpo desmenbrado. Desvie la mirada, no podia creer lo que habia ocurrido. Y ahora si el infierno me esperaba...
III.-
Cruze el umbral, y me encontre cara a cara con quien seria mi verdugo por la eternidad.
Sus ojos destellaban el mas profundo de los odios, y su boca salibaba acido.
Mi tortura era la mas despreciable e inimaginable, al que un ser estuviese resignado a someterse.
Y ahi me encontraba yo, soportando el acido de mi demonio en mis organos mas profundos,
soportando cada dia, sus latigos, en las bastante lastimadas, yagas de mi muy maltratado cuerpo.
Y no podia huir, y todo por matar a un perro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario